Los Misterios de la Jungla Negra


De Emilio Salgari

El argumento es sencillo: Tremal Naik, "el cazador de la jungla negra" está perdidamente enamorado de Ada, "la virgen de la pagoda", quien está retenida por la secta de los tughs, estranguladores adoradores de la diosa Kali. Tremal Naik pasará todo tipo de aventuras para llegar a ella, acompañado de fieles sirvientes y la carismática tigresa Darma.
La historia transcurre en la India, a mediados del siglo XIX, cuando Inglaterra extiende sus dominios pero el modo de vida hindú sigue siendo el preponderante. De este modo, aparecen todos los elementos que caracterizan los relatos de Salgari: la jungla, las excentricidades de los hindúes, sus costumbres, su religión.
Publicada en 1895, "Los misterios..." es una obra típica de su época, cuando todavía había mundo para descubrir; había, justamente, misterios. Esto le podría dar un barniz etnocentrista (ocurre en otras obras del autor) pero no: se terminan exaltando valores como la valentía, la resolución, la lealtad y, por supuesto, el amor. Esas características no se limitan al héroe, sino que también las poseen los despiadados tughs. Si bien los personajes son caricaturescos en cierto punto, también logran generar empatía y el lector se halla queriendo que logren escapar de la trampa o esperando saber cómo evitarán ser descubiertos o...
Probablemente haya sido publicada originalmente por entregas, ya que los capítulos tienen más o menos la misma extensión e incluyen algunas líneas que sitúan al lector. Son líneas puestas con gran sutileza, nada tan explícito como un racconto. La prosa es ágil, sin ornamentos pero, como busca impresionar, no ahorra adjetivos ni terminología específica.
En la dispar producción de Salgari, "Los Misterios de la Jungla Negra" es una obra de término medio, a la sombra de la saga de Sandokan pero que deja terreno a algunas reflexiones. Por ejemplo, sobre la lealtad.
Definitivamente, su calidad está lejos de la de sus últimas novelas, escritas por encargo con una exigencia de producción inhumana, que el italiano cumplía como podía para poder atender a su esposa enferma. Pero eso ya forma parte de otra historia que, tal vez, merezca su propio libro.

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