Postales de la paranoia



En tiempos de coronavirus bien vale recordar la alteración en la conducta individual y social que produce una epidemia o pandemia (que al momento de publicar esta entrada no se ha declarado). Esta crónica fue publicada en LA PROVINCIA HOY en Julio de 2009, cuando la gripe A modificó la conducta de la población hasta límites insospechados. Un ensayo de explicación psicológica. Implicancias económicas.

Tu empresa líder funciona bien en el caos
inventando analgésicos para poder seguir

La Renga

¡Salí!¡Salí!¿Qué hacés?¿No ves que yo llegué primero? Dejame. Soltá.
La escena tiene lugar en una farmacia de Florida, Vicente López. La protagonizan dos señoras, una de cincuenta y largos, otra que quizás rondara los cuarenta. Y la discusión, cada vez más violenta, era por la posesión de un ungüento cuasi mágico, una ilusión de invulnerabilidad. Se peleaban por el último pote de alcohol en gel.

Cuando, a mediados de mayo, llegaban los testimonios de un México paralizado por la denominada “gripe porcina”, algunos no podían salir de su asombro y en lo desesperada de la situación había una vaga reminiscencia a la Edad Media, ese pánico ante la peste, esos cencerros de los leprosos.
Hubo críticas al Gobierno nacional por cerrar las vías aéreas (¡ja!) con México. Probablemente las críticas hubieran arreciado igual si no se hubiera adoptado en aquel momento ninguna medida.

Malena vive en el Maschwitz Club, un barrio exclusivo de la zona. Pero su padrón le decía que, si quería votar, tenía que trasladarse lejos de su casa de siete ambientes y eso le molestó. Su nombre estaba en la lista de la escuela Nº7 de Escobar centro. “Tuve que viajar hasta acá para votar, esto me cambió totalmente el día”, dijo a este medio. Sin dudas se le notaba. “Estoy loca, no me molestes, quedé muy estresada”, gritó desde el fondo de su barbijo, exclusivo también. “Decí que tengo un M95 (nombre con que se denomina el barbijo profesional) para que no se me pegue ningún bicho raro que puede tener cualquiera de acá”.
Lejos del fraude, las peleas sindicales, los insultos de los fiscales, en fin, un poco lejos de la realidad, la señora pensó en voz alta: “estos negros de m.... que nos contaminan. No puedo esperar para volverme a casa”. Y detrás de ella partieron cerca de quince personas. Viajaban en una especie de charter.” (Publicado originalmente por 24CON).
El 28 de junio, en Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar, se habían dispuesto cincuenta y un mesas de votación en siete escuelas para quince mil votantes. Democracia y gripe A, mala combinación, parece.

¿Es sorprendente o inesperado que, ante un temor a lo desconocido se reaccione buscando soluciones mágicas? La gripe A es, según la Organización Mundial de la Salud, “un nuevo virus A (H1N1) que no había circulado nunca en la especie humana y que no tiene ninguna relación con otros virus gripales estacionales que han afectado anteriormente o están afectando al hombre”. Ante ese fenómeno desconocido, novedoso, están ahí los fetiches de la profilaxis: barbijos y alcohol en gel, cuyos precios se han disparado para bien de fabricantes y comerciantes. En la provincia de Buenos Aires, los camiones del ministerio de Salud esperan en la puerta de las fábricas la salida de la producción de barbijos.

La Plata, sábado 4 de julio, 23:30 horas. Los habituales circuitos de restaurantes céntricos están vacíos. Los taxis se amontonan en las paradas. Los kioscos 24 hs que venden panchos suculentos por precios módicos sólo cuentan con la presencia de los empleados que atienden. Se miran entre ellos con cara de aburridos. A veces bromean como un perro que se sacude después de una siesta. En los cines hay cartelitos que avisan que, por cuestiones de seguridad, sólo se venderán localidades para llenar la mitad de la sala. No hace falta. A la poco atractiva oferta se suma que difícilmente se superan las dos docenas de entradas por función. A veces, ni siquiera eso.
El viento es helado y parece que, de un momento a otro, pasarán los rollos de cardo ruso por diagonal 74.

La doctora Mónica Müller, médica clínica, escribió en Página 12: “El pensamiento mágico reemplaza a la razón y todos confiamos en el milagro que llegará por vía de los mayores, de los médicos, de los dioses o de las autoridades, que simbolizan lo mismo. Cuando la enfermedad se disemina y la muerte golpea, aparece primero la incredulidad y enseguida el reclamo iracundo a los que creíamos nuestros protectores omnipotentes”. Así, en un TALP, colectivo que une La Plata con Morón, dos señores emponchados, con una gruesa bufanda cubriéndoles nariz y boca opinan que la culpa es del Gobierno, que tendría que haber declarado la emergencia sanitaria antes, que estaba tapando todo por las elecciones.
El ministro de salud bonaerense, Claudio Zin, ya dejó en claro que la vacuna para la gripe A estará recién a fin de año o para el invierno próximo.

Si bien Sigmund Freud es el referente obligado al momento de hablar de psicología, no puede desconocerse a su predecesor Gustav Le Bon, cuyos estudios sobre las masas fueron esclarecedores para sus continuadores, entre ellos, el vienés. Decía Le Bon: “El más singular de los fenómenos presentados por una masa psicológica, es el siguiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen y por diversos o semejantes que puedan ser su género de vida, sus ocupaciones, su carácter o su inteligencia, el simple hecho de hallarse transformados en una multitud le dota de una especie de alma colectiva. Este alma les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente”. A ello, Freud agregaría que “si los individuos que forman parte de una multitud se hallan fundidos en una unidad, tiene que existir algo que les enlace unos a otros, y este algo podría muy bien ser aquello que caracteriza a la masa”.
Le Bon seguirá diciendo que hay tres características en la masa: la sensación de invencibilidad que adquiere cada individuo, el “contagio mental” y el hecho de que el sujeto, en masa, hace cosas que de ningún modo haría individualmente.
Freud agrega: “La multitud es extraordinariamente influenciable y crédula. Carece de sentido crítico y lo inverosímil no existe para ella. Piensa en imágenes que se enlazan unas a otras asociativamente, como en aquellos estados en los que el individuo da libre curso a su imaginación sin que ninguna instancia racional intervenga para juzgar hasta qué punto se adaptan a la realidad sus fantasías. Los sentimientos de la multitud son siempre simples y exaltados. De este modo, no conoce dudas ni incertidumbres.
Las multitudes llegan rápidamente a lo extremo. La sospecha enunciada se transforma ipso facto en indiscutible evidencia. Un principio de antipatía pasa a constituir, en segundos, un odio feroz.
Naturalmente inclinada a todos los excesos, la multitud no reacciona sino a estímulos muy intensos. Para influir sobre ella, es inútil argumentar lógicamente. En cambio, será preciso presentar imágenes de vivos colores y repetir una y otra vez las mismas cosas.”

Jueves 16 de julio. 11:00 horas. En una plaza, una nena de un año y medio corretea sonriente. Otro chico, de la misma edad, juega a unos pocos metros con una pelota, que se le escapa y va a dar a los pies de la nena que, sociable, la levanta y se la alcanza. ¡Tomás! Grita una señora escandalizada y arrastra al chico con pelota y todo lejos del posible agente de contagio. Mira con una mezcla de miedo y recelo. No importa que aclaren que en los lugares abiertos, la posibilidad de contaminación con el virus es menor.
Así se ha llegado a absurdos como que la Municipalidad de La Plata cerrara el Jardín Zoológico, el Parque Ecológico y la República de los Niños.
En las sedes de los bancos y de las empresas de servicios públicos, las colas se hacen en la vereda. Para colmo, alguien estornuda. ¡Vade retro!

ARBA informa que en Berisso se secuestraron casi 7 mil unidades de alcohol en gel. Iba en un camión que no tenía la documentación correspondiente al traslado. A su vez, el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia advirtió sobre la dudosa procedencia de este producto en puntos de venta, como menos, infrecuentes: kioscos, supermercados, incluso vendedores ambulantes. La entidad advirtió que estas dosis no tienen el porcentaje suficiente de alcohol –y por eso no funcionan como antiséptico- o que se elabora con alcohol industrial y no medicinal, lo que terminaría siendo perjudicial para la salud.
En la pantalla de C5N entrevistan a “Mechi” Margaló, histórica de la selección de hockey argentina, a la que todos llaman “Las Leonas”. Contrajo la gripe A pero llevó alivio a los televidentes: “Me tomé el tamiflú y estoy lo más bien”. El medicamento fabricado por Roche, cuyo nombre genérico es osealtavir, se vende a 135 pesos y los médicos aconsejan tomarlo dentro de las 48 horas de aparición de los síntomas para mayor efectividad. Para detectar la enfermedad, se hace un hisopado faríngeo que se manda a analizar y allí se identifica si se trata de un virus, una bacteria y cuál. Esa práctica sólo se realiza a los pacientes internados. Pero para saber si se trata de la común o la porcina, se debe estudiar la muestra en el Instituto Malbrán de Buenos Aires o en el Hospital Rossi de La Plata. El sistema colapsado hace que muchos casos no se puedan diagnosticar y que los resultados tarden más de 48 horas. Es decir que hay profesionales recomiendan medicarse aún sin tener el diagnóstico con certeza.
La crisis financiera había dañado seriamente a Roche y a Novartis (que investiga por la vacuna de la gripe A). Hoy sus acciones siguen en alza. El miedo no parece mal negocio.

Entre tantos comentarios desperdigados a lo largo de la pandemia, alguien dijo que conoce a quien usa barbijo y fuma. Es decir, que le teme a la gripe A pero no al cáncer. O aquel que se lava las manos con alcohol en gel y no usa cinturón de seguridad en su auto, como si no pudiera estar entre las veintidós personas que mueren por día a causa de accidentes de tránsito. De acuerdo al informe “Situación de la Tuberculosis. República Argentina, 2001”, preparado por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Emilio Coni”, en el año 2001 se notificaron 11.464 casos nuevos. También están los tres millones de infectados con el mal de Chagas en todo el país. ¡Salud!

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